Una mañana me desperté, pero al acercarme a la pc, me encontré con que mis parlantes habían fallecido durante la noche. Intenté reanimarlos, pero fue en vano. Dieron una última lucecita de vida, y se apagaron para siempre. Se convirtieron en dos lápidas a los lados del monitor. Esto pasó en un momento en particular en donde mi fluidez económica no me permitía simplemente decir "fuck it" y comprar un reemplazo inmediatamente. Así fue como estuve varios días sin los parlantes. Y el silencio absoluto de todo lo que hacía, la falta de música, de rainymood, de voces; se fue acumulando hasta hacerse insoportable.
Por suerte, ahora tengo otros parlantes ya, de parte de una amiga que se copó y me los dio porque ya no los usaba. Pero me dí cuenta de lo mucho que significa el sonido para mí. La música. Lo mucho que me calma, que me inspira. Lo mucho que me produce. Ahora mismo estoy escuchando música, mientras escucho las gotas de lluvia golpear contra mi ventana, y siento cómo se parten y algún fragmento de gota llega hasta mí. Es un momento perfecto.
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