Había un hombre desnudo atado de las muñecas a una barra de metal. Yo me acercaba y lo miraba de espaldas. Me estaba mirando a mí mismo. Tomaba una botella de agua y le daba de tomar al yo atado, y luego lo limpiaba un poco con la misma botella de agua.
Momentos después el otro yo estaba desatado, aún sentado en el suelo. Y yo podía sentir el dolor de las ataduras en las muñecas.
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