Hoy salí de mi casa y me fui a esperar el colectivo. Había una brisa que hacía agradable el estar afuera, sin que llegara a hacer frío. Llegó el colectivo y subí, y una vez arriba ví a una chica sentada, con la ventana abierta. En el preciso momento en que la miré, se subió el cierre del buzo hasta cubrirse por completo el cuello. "Qué tarada" pensé, "tiene frío y prefiere cerrarse el buzo antes que cerrar la ventana". Acto seguido, por suerte, las circunstancias se dieron de forma que me terminara por sentir un imbécil. La mina se bajó un par de cuadras después, y yo me senté en su lugar. Y cerré la ventana. Más bien, quise cerrar la ventana. No pude. Estaba terriblemente trabada y era prácticamente imposible cerrarla. Qué imbécil, cómo pudo ser mi primer pensamiento generado por una situación así ser agresivo de tal forma. Y completamente erróneo.
Por suerte, como si de un cuento infantil se tratara, creo que nuestros errores deben dejarnos un aprendizaje. En este caso se trata de las acciones ajenas. Es muy fácil apresurarse a juzgar lo que alguien dijo o hizo sin tener ninguna idea de la situación que llevó a eso. Y justamente el no tener ni idea del contexto, es lo que nos va a llevar a equivocarnos irremediablemente.
Esto es peligroso porque, lamentablemente, la mayoría de las veces que juzguemos así de esta forma, no vamos a tener la oportunidad de comprobar que estábamos equivocados. E incluso pueden llegar a ocurrir cosas indeseadas e irreversibles en respuesta a una idea completamente errónea.
Abstengámonos de hacernos rápidamente con ideas negativas sobre los motivos de la gente. Prefiero decepcionarme al pensar algo bueno, que hundir totalmente el concepto de una persona que no lo merece.
1 comentario:
Sí, concuerdo en parte, aunque también uno se va nutriendo, lógicamente, de las experiencias personales, las cuales de alguna forma u otra van condicionando nuestra forma de percibir y juzgar las cosas, algunas veces de manera prácticamente inconciente.
La última parte me hizo pensar en muchas cosas, pero ponele, lo que me paso con la persona a la cual hice referencia en uno de mis post. Hay una parte desconocida y gris, que da lugar a un montón de conjeturas y demás cosas, pero hay cuestiones que indican el juicio que, en este caso, hice. Y hay cosas que por más que querramos, no son coincidencias ni jugarretas del azar, así que por ese lado también hay que permitirse, incluso, ser lapidario. Pero bueno, eso depende mucho de cada uno, de las circunstancias y de todo el contexto, como bien decís, así que hablar en términos absolutos de todo esto es riesgoso.
Saludo!
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