viernes, 14 de junio de 2013

Stop lying.

Hey, it's been a while. Vengo retándome internamente desde hace tiempo porque no pud- ... porque no quise sentarme a dedicarle un tiempo a esto. A esto que sé y estoy seguro me encanta hacer, a esto que me encantaría ser capaz de hacer mejor, a otro nivel.

Es muy fácil inventarse excusas, sobre todo porque los motivos que uno se inventa suelen no parecer muy sospechosos. Uno no tiene la tendencia de cuestionarse a sí mismo. No es algo que venga con nosotros por defecto. Cuestionamos a los demás, porque la gente es una mierda, todos nos mienten, nos engañan, y tratan de aprovecharse de nosotros a cada paso. Es por esto que cuestionamos todo lo que otro nos dice. Pero lo que nos decimos a nosotros mismos no, o sea, yo lo dije, yo lo decidí, tiene que ser verdad. Y así nos convertimos en las víctimas más frecuentes de nuestras propias mentiras. Cuestionemos todo, y sobre todo lo que nos decimos a nosotros mismos. Es cierto que la confianza ciega es algo malo, pero esto también sucede si uno la deposita en sí mismo. Constantemente intentamos mentirnos y engañarnos, nos tratamos de evitar momentos incómodos, situaciones difíciles, todo por algún tonto miedo que nos retiene. Nos retiene y la mayoría del tiempo ni siquiera somos conscientes de su existencia, porque nos creemos los motivos estúpidos que nos decimos para ni siquiera intentar nada. Motivos como el "no tener tiempo". ¿Quién no tiene tiempo? Sobre todo si se trata de hacer lo que uno realmente quiere. ¿Acaso las obligaciones que nos intenta asignar la sociedad son más importantes que lo que deseamos alcanzar para nosotros mismos? No, jamás.