domingo, 30 de mayo de 2010

Dormir sin dormir del todo

Hace un rato me había acostado para descansar una pequeña porción de tiempo y luego levantarme, y me pasó algo extraño.

Me quedé dormido, como casi siempre, pero tenía plena consciencia de mi alrededor. Veía todo como si fuera en un sueño, pero al despertarme me di cuenta de que era totalmente acertado. Las luces encendidas, el sonido de la lluvia que se escuchaba por la ventana, el gato que estaba en mi habitación, y la persona que entró y yo sabía iba a decirme que me despierte. Y lo dijo, pero yo ya me había despertado en respuesta a saber que iba a decirlo. Me sentía como si estuviera conectado con todo, hasta que me desperté del todo y volví a sentirme como siempre.

miércoles, 26 de mayo de 2010

¿Endless discussion?

- Al final, yo tenía razón.

- ...

- Vamos, ya es hora de que lo aceptes.

- Callate. No necesito ningún "te lo dije".

- Sos muy ciego... siempre esperás lo mejor de los demás

- ¿Acaso está mal? Me gusta pensar que las personas pueden dar lo mejor.

- Pero es obvio que no lo hacen, sino no estaríamos diciendo estas cosas ahora.

- Yo lo hago. Yo doy lo mejor, ¿qué tiene de malo esperar que los demás hagan lo que yo?

- Ésto tiene de malo. Decepción, dolor, depresión, tristeza. Ésas son las cosas que te genera tu actitud.

- No importa. Prefiero ser así antes que esperar que la gente reaccione mal, y tal vez evitar relacionarme por ese miedo.

- Así se mueve el mundo. Todo gira alrededor del miedo, todos temen lo peor de los demás, y se cierran las puertas unos a otros por miedo. Y asi sobreviven, y no se decepcionan.

- Basta. No es ése el mundo en que quiero vivir; no es así, sé que aún puede salir todo bien!!

- Iluso.

- Ya no te necesito, no quiero que me estés diciendo toda esta sarta de estupideces, voy a seguir confiando.

- Yo no te necesito a vos. Sin mí no podrías sobrevivir.

- Basta!!!

- No.


BANG
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...something just died

Over

Uno camina por el mundo esperando un mínimo de cosas. El tiempo nos enseñó que la vida no es justa, que hay gente que te caga, que hay gente y animales muriendo a todo momento; que mucha gente jamás consigue lo que merece. Sin embargo, y aún sabiendo todo esto, viéndolo en el día a día; uno sigue esperando un mínimo de cosas de la vida.

Uno espera que si hace algo bien haya algo que se vea afectado, que haya una pequeña retribución, algo que indique que estamos haciendo bien las cosas. Que si uno es amable, si uno perdona y es capaz de confiar; entonces otras personas nos devolverán el favor. Pero no, eso no pasa. A veces sin importar lo mucho que uno se esfuerce y sea lo mejor posible, más allá de lo normal, nada bueno sale de eso. Y estábamos convencidos de que si seguíamos un buen camino, los demás lo verían, y seríamos tratados bien. Entonces la realidad duele, duele más de lo que debería. ¿Qué sentido tiene esforzarse en ser lo mejor posible?, ¿qué sentido tiene corregir todos nuestros errores y aprender para ser cada día mejor?. Nadie lo ve, nadie lo nota; y si uno comete el terrible error de mencionarlo, entonces es uno el que está mal; por Dios cómo va a ser uno tan creído de decir que es mejor que antes, de decir que aprendió de sus errores. Por favor, no seas tarado, la gente nunca aprende; por ende vos tampoco. Siempre vas a estar atado por todos tus errores, y siempre serás juzgado por lo peor que haya salido de vos. No importan las disculpas, no importan los cambios, no importa nada. Siempre vas a ser para los demás lo peor que hayan visto de vos. Y ni hablar de que empieces a contar sobre tus pensamientos y sentimientos, sobre tus anhelos más profundos; no. Si empezás con eso, solamente quedás más como un enfermo.

Así que así son las cosas. Tengan cuidado, porque está lleno de hipócritas que cuando ven lo más bajo que podés caer, se olvidan que ellos también han caído tan bajo; y vos los perdonaste y les dejaste la puerta abierta. Olvidan por completo eso, y cuando te levantes en toda tu gloria, recuperado y mejor que nunca, aún van a ver las manchas de tus caídas a través de la rendija de esa puerta que sigue cerrada.

Fuck you world. Fuck you life. I expected more; and now I'm deeply disappointed.

lunes, 24 de mayo de 2010

Futbol y kickboxing

Había un equipo de fútbol de chicos jugando en una cancha al aire libre, rodeada por una cerca; y terminó la clase. Todos los chicos se fueron corriendo, pero el profesor paró a uno, y le dijo que todos los demás eran más rápidos que él, asi que lo hizo correr junto con él para practicar. Corrieron juntos, y después el profesor le hizo practicar patear. El chico corría con una pelota (pero había como tres pelotas delante de él), y de golpe pateó con fuerza. Golpeó a otra de las pelotas, no la que traía él, y salió disparada hacia delante, golpeó la pared justo al lado de donde se estaba sentando alguien, rebotó hacia atrás, volvió a rebotar hacia adelante y golpear el mismo lugar, y otra vez hacia atrás y hacia adelante. El profesor gritó "gol, y gol, y gol! tres veces!". Y todos festejaron al chico, que ahora sonreía. Entonces vinieron todos a jugar un partido, y el chico jugaba esta vez.

Yo miraba desde arriba de una pared, con otras personas. Y jugaron. La pelota saltaba muy alto, y todos los jugadores podían saltar igual de alto para atraparla. Varias veces se la intentaron pasar al chico que jugaba mal, pegándole en la cabeza porque no pudo agarrar la pelota. Y cuando finalmente la pudo agarrar, la pateó con fuerza y se fue a un costado cerca del arco. Pensé que fue un buen tiro. Después el partido terminó y todos se iban. Era como salir de una escuela. Las paredes eran de ladrillo rojo, y por alguna razón empecé a pensar en kickboxing cuando iba caminando hacia afuera. Me imaginé al personaje de King of Fighters Vanessa peleando, y pensaba que eso era kickboxing. Empecé a pensar que no era muy bueno, porque dejaba puntos abiertos para golpear. Y de repente estaba con Vanesa (pero mi amiga, no el personaje), y ella hacía lento algunos movimientos, y yo trataba de atacarla. Logré darle un par de veces, lentamente, jugando. Y en uno de los movimientos la terminé abrazando mientras nos reíamos.

sábado, 22 de mayo de 2010

Alchemy tester

Estaba sentado en una silla recordando el proyecto anterior en el que había trabajado, pensando en qué bueno había sido. Qué divertido, y cómo cada momento me llevaba a ser mejor. Y recordaba lo que era trabajar para Roy Mustang. Si, yo trabajaba para Roy Mustang, el alquimista de fuego. Pero en ese momento todo tenía sentido, y pensaba en que me gustaría volver a trabajar con él.


Mi anterior jefe

viernes, 21 de mayo de 2010

"Have Fun"

Ayer estaba en el trabajo delirando un poco sobre qué podía hacer yo para que los períodos de tiempo en los que no había nada que hacer fueran un poco más divertidos y llevaderos. Pensé en montones de ideas, y las discutí, bastante en joda. Cosas como un tablero para tirar dardos, un aro de basket, cartas, etc.

Y después del descanso, volví con un pequeño aro de basket y tres pelotas. Lo instalé en una pared usando un folleto de "Leopoldo delivery", que fue roto y enrollado para sostener el tablero a un agujero en la pared. La verdad, es que la idea gustó bastante, y todos tiraron un montón de veces a ver si embocaban. Algunos, como yo, son malísimos; otros son un poco mejores. Pero en general me parece que nos estamos divirtiendo un poco más en esos momentos donde nos sentimos medios inútiles por no hacer nada. Nadie creyó que hablara en serio cuando comentaba lo de poner un aro de basket... creo que ni siquiera yo creí que hablara en serio.



Como este, pero de $10

martes, 18 de mayo de 2010

La espada del inmortal

Estaba en una casa. Había una mujer a quien no reconozco, pero que yo quería mucho, y un hombre a quien sentí como muy cercano a mi. La situación era tensa. El hombre jugaba con una espada que yo identificaba como algo que no podía lastimar a nadie. De repente él mueve la espada rápidamente, y la mujer cae sobre una cama con una ventana justo arriba, herida gravemente. Me enojo y trato de protegerla, agarro otra espada y atravieso al hombre con ella. La espada poseía un leve brillo rojo. Luego él se levanta y luchamos. Yo lo corto y atravieso una y otra vez, pero él no se muere ni parece afectado. Se ríe y me dice que gracias a que le clavé aquella espada que emitía un brillo rojo, él es ahora inmortal. Lo golpeo para que caiga a un lado, y salgo corriendo. Hago que mi perro se coma a una criatura extraña que está enfrente de la casa de mi abuela, y vuelvo a la habitación convencido de poder ganar ahora. Encuentro sobre mi cama una espada con un leve brillo verde, pero es como de juguete. Intento clavármela para hacerme inmortal, pero no lo logro, se dobla contra mí. Entonces el hombre vuelve y me ataca. Yo esquivo los ataques mientras sigo intentando clavarme la espada para hacerme inmortal. Al final llegamos a una especie de tregua momentánea y nos vamos juntos.

jueves, 13 de mayo de 2010

Misunderstood, by Bon Jovi
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Should I? Could I?
Have said the wrong things right a thousand times
If I could just rewind, I see it in my mind
If I could turn back time, you'd still be mine

You cried, I died
I should have shut my mouth, things headed south
As the words slipped off my tongue, they sounded dumb
If this old heart could talk, it'd say you're the one
I'm wasting time when I think about it

[Chorus:]
I should have drove all night, I would have run all the lights
I was misunderstood
I stumbled like my words, Did the best I could
Damn, misunderstood

Could I? Should I?
Apologize for sleeping on the couch that night
Staying out too late with all my friends
You found me passed out in the yard again

You cried, I tried
To stretch the truth, but didn't lie
It's not so bad when you think about it

[Chorus:]
I should have drove all night, I would have run all the lights
I was misunderstood
I stumbled like my words, did the best I could
Damn, misunderstood
Intentions good

[Guitar Solo]

It's you and I, just think about it...

[Chorus:]
I should have drove all night
I would have run all the lights
I was misunderstood
I stumbled like my words, did the best I could
I 'm hanging outside your door
I've been here before
Misunderstood

I stumbled like my words, did the best I could
Damn, misunderstood
Intentions good.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Parar el maremoto

Por momentos siento como si perdiera mi línea de pensamiento. De golpe hay tantas cosas dentro de mi cabeza, todo girando, todo moviéndose. Pensamientos e ideas chocando entre sí, fundiéndose en extrañas simbiosis, separándose y volviéndose a fundir. En estos momentos se me hace tan difícil tomar una idea singular y trabajar sólo con ella. Está todo tan entremezclado, tan desordenado.

Necesito poner en orden mis pensamientos. No puede reinar el caos en mi mente, porque es allí donde nace todo lo que hago, todo lo que soy; y si el caos es el origen, también será el fin. No puedo ser guíado por el caos.

Tengo que sumergirme en ese mar de pensamientos, resistir las oleadas, y tomar el control. Sostener todo, y darle sentido a las cosas. Parar el maremoto.

martes, 11 de mayo de 2010

Yo era Karate Kid

Yo era Karate Kid. No, no el personaje; yo era simplemente "Karate Kid". Así es como estaba en mi mente mi identidad. Acababa de terminar el torneo ese del final de la primer película, e iba caminando entre la gente, los personajes. Estaban todos contentos, como felicitándome con la mirada. Pero yo no dejaba de tener la sensación de que me habían cagado, precisamente usando esa misma palabra. Estaba enojado, frustrado por algo, y simplemente me sentía mal al respecto. Algo injusto me habían hecho. Así que seguí caminando hasta que llegué a la casa de mi abuela, y me apoyé contra la pared en el patio-garage, mientras se escuchaba música muy fuerte que venía desde adentro.

sábado, 8 de mayo de 2010

Escribir

Hoy me compré una lapicera. Una buena, no una birome común. La verdad es que tenía ganas de comprar una lapicera buena, y me acordaba de hace mucho tiempo, cuando en primaria, me había comprado una lapicera de pluma parker. Me encantaba, y me la había comprado con plata que me habían regalado, asi que técnicamente, para ser un niño, la había pagado yo. Me duró una semana, y me la olvidé abajo del banco. Jamás la volví a ver.
Así que bueno, pensando en esa lapicera que había tenido, hoy me puse a buscarme una. Entré en un local y había varias lapiceras copadas, pero no eran de pluma, y eran más o menos baratas para lo que me imaginaba. Pero la lapicera de mi niñez volvía a mi mente, así que me fui a buscar a otro negocio. Y entré en uno que tenía un cartel que decía "Parker" adentro, en una vidriera donde había lapiceras. Me acerqué, y me horroricé. El precio variaba entre $180 y $450. Era alrededor de diez veces más lo que pretendía gastar. Traté de buscar la parker del precio más bajo, pero seguía siendo de tres cifras, así que me fui y volví al local anterior, y me compré una de esas. Es bastante linda, y tiene un estuche que hace un ruido seco al cerrarse, el cual es bastante adictivo. Ya varias personas estuvieron abriendo y cerrando el estuche por ese motivo, dejando medio dedo adentro a veces. Por otra parte, me gustaría eventualmente volver a tener una de pluma, pero bueno, por el momento no va a ser así.



¿Por qué quería una lapicera?. Bueno, quería tener algo cómodo y decente a mano para cuando quisiera escribir en papel. Esto podía ser cuando necesitaba anotar algo para no olvidármelo, alguna idea, de esas que tan seguido se aparecen a mitad de un viaje en tren; en ocasiones especiales donde me gusta expresarme a través de la palabra escrita; o para cuando me despertara en mitad de la noche con un sueño genial fresco en mi memoria.

Cambiando de tema, hace un rato cometí el error de cocinar de más; seguido por el error de "me da lástima tirar comida asi que me como todo lo que hice". Por lo tanto varias de las cosas que planeaba hacer antes de dormir acaban de ser reemplazadas por la tarea de tirarme en la cama, agarrarme la panza y emitir sonidos similares a "ugh".

jueves, 6 de mayo de 2010

Quotes #1

"If at first you don't succeed... try, try again."
-Jerome Morrow; Gattaca.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Blood and Gold

Hace ya varios meses alguien me había recomendado que leyera Sangre y Oro, de Anne Rice. En ese momento busqué el libro por toda librería que conociera, y no lo encontré. Eventualmente dejé de buscarlo, y hasta me olvidé que quería leerlo.
Alrededor de un mes atrás, vagabundeando por un local de musimundo, tratando de buscar algo en que gastarme una orden de compra, vi el libro. La primera reacción fue "uh, qué grueso", y la segunda fue comprarlo. Empecé a leerlo de a poquito, con un poco de miedo a tener que haber leído algún libro antes (ya que es el octavo de la saga, y yo sólo había leído el primero). Cuando finalmente la misma persona que me lo recomendó me aseguró que podía leerlo tranquilo, me lo devoré. El libro tenía unas setescientas páginas aproximadamente. Lo liquidé en una semana. Más que nada leyéndolo en el tren, de viaje al trabajo o de vuelta.

Está de más decir que me encantó, ya que terminar un libro tan grande tan rápido sólo se da si me atrapa. Resultó que casualmente lo estaba leyendo en la etapa exacta en la que más significado le iba a encontrar. Entre las páginas encontré reflejadas montones de cosas con las que me sentí identificado. Situaciones, pensamientos, sentimientos, relaciones, etc. Era tan humano todo, y algunas de estas cosas tan recientes. Se puede decir que encontré una buena cantidad de mi, reflejado en la vida de un vampiro. Me hizo bien. En cierta forma me hizo sentir menos solo, como que es algo que pasa, y como que mis pensamientos, por más caóticos e ilógicos que parezcan por momentos, no sólo se me han ocurrido a mí.

Aunque me parece tal vez un poco extraño que se me haga más fácil sentirme reflejado en un vampiro de ficción, que en cualquier persona real que conozca.

Por otra parte, siguiendo con mi inusual orden de lectura de la saga, ahora empecé con el segundo libro, Lestat.

lunes, 3 de mayo de 2010

Pensamiento erróneo

Hoy salí de mi casa y me fui a esperar el colectivo. Había una brisa que hacía agradable el estar afuera, sin que llegara a hacer frío. Llegó el colectivo y subí, y una vez arriba ví a una chica sentada, con la ventana abierta. En el preciso momento en que la miré, se subió el cierre del buzo hasta cubrirse por completo el cuello. "Qué tarada" pensé, "tiene frío y prefiere cerrarse el buzo antes que cerrar la ventana". Acto seguido, por suerte, las circunstancias se dieron de forma que me terminara por sentir un imbécil. La mina se bajó un par de cuadras después, y yo me senté en su lugar. Y cerré la ventana. Más bien, quise cerrar la ventana. No pude. Estaba terriblemente trabada y era prácticamente imposible cerrarla. Qué imbécil, cómo pudo ser mi primer pensamiento generado por una situación así ser agresivo de tal forma. Y completamente erróneo.

Por suerte, como si de un cuento infantil se tratara, creo que nuestros errores deben dejarnos un aprendizaje. En este caso se trata de las acciones ajenas. Es muy fácil apresurarse a juzgar lo que alguien dijo o hizo sin tener ninguna idea de la situación que llevó a eso. Y justamente el no tener ni idea del contexto, es lo que nos va a llevar a equivocarnos irremediablemente.
Esto es peligroso porque, lamentablemente, la mayoría de las veces que juzguemos así de esta forma, no vamos a tener la oportunidad de comprobar que estábamos equivocados. E incluso pueden llegar a ocurrir cosas indeseadas e irreversibles en respuesta a una idea completamente errónea.

Abstengámonos de hacernos rápidamente con ideas negativas sobre los motivos de la gente. Prefiero decepcionarme al pensar algo bueno, que hundir totalmente el concepto de una persona que no lo merece.

sábado, 1 de mayo de 2010

Brain-Interceptions

Esta última semana que pasó estuve exhausto. No sé bien por qué. Simplemente lo estuve. Cada mañana al despertarme y ver la hora, en lugar de levantarme y aprovechar el tiempo extra, seguía acostado hasta el momento crítico en el que ya podía llegar tarde a trabajar.
Mi cerebro había hecho una extraña, pero sólida conexión entre el concepto de tren y el de dormir. Me resultaba prácticamente imposible viajar en el tren sin dormir, lo cual entorpeció terriblemente mi idea de leer durante el viaje. Podía empezar leyendo, pero se me cerraban los ojos de todas formas y no me quedaba más que ceder en algún punto, por más que luchara. Quizá era un poco culpa de Julio Verne.
Y después, en casa, a la noche. Mi horario. El momento del día en que más actividades elegidas por mi propia voluntad hago. El tiempo de escribir, jugar, mirar por la ventana, pensar, leer, aprender. Incluso ahí se sentía un gran peso invisible sobre mí, que me llevaba al cansancio absoluto y a acostarme antes de lo que hubiera querido.

Incluso hoy mismo. Antes de comer tenía un montón de planes de cosas que escribir, leer y hacer, y cuando terminé sólo quería acostarme a leer un poco Lestat, y después dormir. Me dije que de todas formas, iba a ponerme el despertador en el celular para levantarme a la tarde y hacer algo, pero mi cerebro intercedió en dicha acción, y en lugar de ponerlo a las 18 hs, lo puse a las seis de la mañana. Por suerte tuve un sueño en el que me daba cuenta de mi error, y me despertaba sólo veinte minutos más tarde. Y ahora si siento de nuevo un poco de esa energía que extrañaba. Espero que se quede conmigo, porque la necesito. Tengo tanto por hacer, I'm gonna shine.