martes, 18 de mayo de 2010

La espada del inmortal

Estaba en una casa. Había una mujer a quien no reconozco, pero que yo quería mucho, y un hombre a quien sentí como muy cercano a mi. La situación era tensa. El hombre jugaba con una espada que yo identificaba como algo que no podía lastimar a nadie. De repente él mueve la espada rápidamente, y la mujer cae sobre una cama con una ventana justo arriba, herida gravemente. Me enojo y trato de protegerla, agarro otra espada y atravieso al hombre con ella. La espada poseía un leve brillo rojo. Luego él se levanta y luchamos. Yo lo corto y atravieso una y otra vez, pero él no se muere ni parece afectado. Se ríe y me dice que gracias a que le clavé aquella espada que emitía un brillo rojo, él es ahora inmortal. Lo golpeo para que caiga a un lado, y salgo corriendo. Hago que mi perro se coma a una criatura extraña que está enfrente de la casa de mi abuela, y vuelvo a la habitación convencido de poder ganar ahora. Encuentro sobre mi cama una espada con un leve brillo verde, pero es como de juguete. Intento clavármela para hacerme inmortal, pero no lo logro, se dobla contra mí. Entonces el hombre vuelve y me ataca. Yo esquivo los ataques mientras sigo intentando clavarme la espada para hacerme inmortal. Al final llegamos a una especie de tregua momentánea y nos vamos juntos.

No hay comentarios: