lunes, 10 de enero de 2011

How not to start a day

Me despierto tarde, y encima me doy el lujo de dar un par de vueltas más en la cama antes de levantarme para ir a trabajar. El bondi no pasa, y cuando llego al cruce la combi sale recién un rato después. El día parece que va a estar lindo, ligeramente despejado, no tan caluroso, todo bien dentro de todo. Me siento y pongo en el ipod la aplicación de Inception que distorsiona el sonido de ambiente y lo mezcla con música, duermo todo el viaje.

Casi antes de llegar a Retiro abrí los ojos y ví que el cielo estaba completamente nublado. Lo primero que hice fue notar la ausencia de paraguas entre las pertenencias que llevaba. No me sorprendió, sabía que siempre que la lluvia fuese a ser un obstáculo no habría un paraguas en mi poder. Me bajé y sentía pequeñas gotas cayendo mientras caminaba a la estación del tren. Estando a unos ciento cincuenta metros de repente cayó el agua con una fuerza impresionante, y empezó a llover muy fuertemente, en el momento preciso en que no tenía absolutamente nada cerca debajo de lo que refugiarme. Al mismo instante que empezó a llover con tal intensidad se destrabó el sueño Reward en la aplicación de inception y todo el sonido de la lluvia se escuchó de manera muy exótica e interesante. Luego de calcular un poco, empecé a correr para huír de la lluvia, y al poco tiempo de empezar a correr recordé que las suelas de mis zapatillas estaban completamente gastadas, sacándoles una gran capacidad de agarre al suelo. Resbalé, y luego de tratar de mantener el equilibrio por diez metros durante los cuales mi cuerpo estaba más y más cerca del suelo, me caí, el sonido se cortó, y lo único que pensé fue en levantarme rápido y seguir. Sabía que algo estaba mal pero me alejé, me miré los raspones en manos y piernas, y luego de unos pasos recordé que el sonido se había cortado, y recordé algo cuadradito salir despedido de mi morral y rodar por el suelo. Seguía lloviendo con todo. Volví y miré por todos lados sin encontrarlo, pensé que alguien ya lo habría agarrado. Pero levanté unos cartones por ahí cerca y ahí estaba, con la aplicación aún corriendo. Tomé el ipod, lo guardé y fui a la estación. El tren se demoró y llegó tarde, y cuando finalmente salió fue a la velocidad más lenta posible, como si el hecho de que estuviese lloviendo afectara en algo a los trenes (quién sabe), y terminó tardando el doble de tiempo en llegar a destino... El resto del día sólo pudo mejorar.

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