viernes, 4 de mayo de 2012

Ese momento en que te acostás sabiendo por seguro que no vas a dormirte. Porque en tu mente hay un torbellino increíblemente caótico de pensamientos que no se quedan quietos ni un instante, y de esa forma conciliar el sueño se vuelve imposible. Pero igual lo intentás, por seguir una rutina, porque solés dormir a esa hora, por lo que sea. Pero no tiene sentido, es una batalla perdida. Pasa una hora, y estás igual. Entonces te das cuenta que podés o bien seguir perdiendo el tiempo en la cama, pretendiendo que en cualquier instante vas a dejar de pensar y dormirte, o levantarte y hacer algo más productivo con ese tiempo. Tanta actividad mental estos días, no tengo idea de qué se avecina.

No hay comentarios: