martes, 9 de noviembre de 2010

La gota iluminada y el pirata del tren

Anoche cuando empecé a volver a mi casa llovía. Había estado todo el día nublado, y al menos la mitad lloviendo. No llegué a proteger del todo mi mochila, así que caminé con el paraguas ligeramente inclinado hacia atrás, con toda la intención de cubrirla.

En la estación había algunos agujeros en el techo, por lo que algunas pocas gotas entraban. Cuando llegó el tren la luz de la locomotora iluminó estas pocas y contadas gotas, y fue un momento genial. Era algo muy simple, pero me pareció sublime en cierta forma... Me quedé pensando en eso hasta que arrancó el tren.

El viaje fue como muchos otros, con un poco más de agua cayendo a los lados del tren, hasta que llegué a mi destino. Me paré unos dos minutos antes de llegar, como siempre hago para estar en la puerta y que me de un poco de viento. Y al llegar, mientras yo bajaba, estaba subiendo Jack Sparrow. Exactamente igual era. Y llovía mucho. Y Jack Sparrow se tomaba el tren que iba para Constitución.

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