miércoles, 8 de agosto de 2012

Siempre que se corta la luz resultan ser momentos que de alguna forma terminan siendo productivos. Escuchar música en la oscuridad tirado en la cama, sacar fotos a la luz de las velas; o estar acostado tocando la guitarra con la luz de una vela que se apaga, y ver como justo antes de morir, hace un último esfuerzo e ilumina fuertemente para luego dejar todo completamente a oscuras... hasta que el celular inicia su extraño ritmo de encender y apagar luces sin ningún sentido.

 
 (Este tema tocaba, aunque de manera bastante simple, claro)

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