sábado, 17 de abril de 2010

Día de mucha gente

Hoy fue viernes. Pasaron muchas cosas. Cosas como jugar mucho ping pong hasta quedar totalmente exhausto y feliz; como quedarse encerrado en el trabajo, afuera de la oficina, sin poder entrar (pero fue bastante poco lamentablemente). También reapareció mi paraguas, apoyado solito contra una pared en este día totalmente despejado; luego de haber desaparecido misteriosamente hace dos días, cuando llovía de manera importante.

Pero algo que noté mucho es que principalmente fue un día en el que parecía haber mucha gente en todos lados. En autos, manejando por todas las calles; agolpadas dentro de negocios, amontonándose sin razón aparente en la vereda, ocupando mucho más espacio del usual dentro de los trenes, y empujándose para subir (y después de subir) al colectivo. No tengo ni idea de que pasó, pero de golpe todo se llenó de gente, hasta el punto en que casi frikeo. Era como si de repente en todos lados las personas hubieran empezado a hacer mitosis, y de golpe, eran el doble, el cuadruple, etc. Espero que mañana todos esos extras ya no estén, porque la verdad tantas personas amontonadas por todos lados me hacen sentir incómodo, prisionero, y me asfixian.

Por otro lado, y sin mucho que ver, me está doliendo el estómago, señal de que debo parar de escribir.

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