domingo, 11 de abril de 2010

Cena

Hace un rato cené. Simplemente un submarino. No de esos que se sumergen en agua y tratan de matar a Godzilla, sino de esos que suelen estar dentro de una taza y contienen leche caliente y una (o más) barra de chocolate derretida dentro. Puse la taza adentro del microondas y lo programé para un par de minutos, mientras me volví a la pc a seguir leyendo algo y boludeando un rato. Luego volví al microondas, saqué la taza con leche caliente, sumergí una barra de chocolate y revolví hasta que fue una sustancia uniforme.
Es simplemente genial todo esto. Todavía recuerdo cuando hacerse un submarino significaba sí o sí calentar la leche al fuego en un jarrito. Está bien, a veces todavía me gusta hacerlo así. Pero la verdad es que con ese método el "me volví a la pc a seguir leyendo algo y boludeando un rato" puede convertirse en un jarro vacío en el fuego, haciendo sonidos secos que hacen evidente que algo está mal, mientras hay leche seca derramada por los bordes del jarro y la cocina; y en el peor de los casos, que se apague la hornalla y siga saliendo gas. Igual me gusta más de la forma clásica, en el fuego; siempre me rebelé un poco contra el microondas, pero pese a todo, es bueno saber que para estos momentos hay un método que te deja despreocuparte un poco.

Todavía nunca pude tomarme un submarino sin que queden restos de chocolate al vaciar la taza.

No hay comentarios: