lunes, 26 de diciembre de 2011

El agua corría por los vidrios del bar, afuera estaba diluviando. En un rincón del bar había un hombre joven, totalmente empapado, los cabellos chorreando agua sobre su cara. Estaba sentado frente a un señor mayor, y tenía un café frente a él. Estaba hablando, elevando un poco su voz para que se oiga por encima del sonido de la lluvia.

-... entonces yo ya estaba prácticamente bien, ¿sabe?. Me estaba reponiendo poco a poco, y empezaba a sentirme un poco como antes- El hombre mayor parecía escuchar atentamente.
- Ya las cosas volvían a la normalidad, y estaba olvidando un poco los hechos, dejándolos atrás. Ya era hora, los arrastré más de lo que debería... pero bueno-continuaba el joven no tan joven, que llevaba una barba a medio crecer.

Juntó sus húmedas manos sobre la mesa, y miró hacia abajo de reojo, como buscando las palabras - Y entonces... hoy salí, estaba nublado. Si llueve no importa, me dije, me gusta caminar bajo la lluvia... y de todas formas si llevaba el paraguas no iba a llover, porque así funcionan los paraguas- una media sonrisa aparecía en su rostro con estas palabras.
-Pero bueno... iba distraído caminando y se largó a llover, primero unas pocas gotas... en esos momentos que uno cree haber sentido una gota, y mira para todos lados a ver si hay más, pero pocos instantes después diluviaba y me estaba empapando. Empecé a caminar rápido, tratando de llegar a algún lado donde resguardarme un rato mientras se tranquilizaba y... - hizo una pausa, pasó la mano por su frente, corrió de su cara un par de pelos mojados -... y entonces al pasar por la esquina la vi. Ella estaba parada en la esquina, totalmente quieta. Miraba en mi dirección. Seguí caminando porque de repente tenía la mente en blanco y no se me ocurrió nada mejor, y al pasarle por al lado me dijo "hola" con voz dulce, y una sonrisa que me atravesó el alma-

Miró a un costado de la mesa a un punto ficticio, se mojó un poco los labios con la lengua -Y yo estaba ahí paralizado frente a ella. Ella bajo su paraguas, completamente seca, como por arte de magia, y yo tan mojado como es posible estar... Entonces ella dio media vuelta, y se fue. Reaccioné luego de unos segundos de quedarme mirándola irse, y seguí caminando- El hombre mayor no lo miraba a la cara, miraba hacia su propia taza humeante de café, pero seguía con expresión atenta.

-... seguí caminando, sólo que ahora tropezaba a cada rato, pisé absolutamente todas las baldozas flojas que había, casi como si las buscara... Me resbalé en una esquina y me caí, y casi me atropellan al cruzar la calle. Y finalmente llegué acá, y bueno... acá estoy ahora- hizo una pequeña sonrisa falsa en su rostro. Tomó la cucharita y empezó a revolver el café, pero con la mirada fija en la nada -Y yo la verdad... no sé, no sé por qué lo hizo. Por qué me espero ahí para atravesarme el alma y dejarme seguir, ¿sabe?. Yo estaba recomponiéndome y volviendo a lo que solía ser antes ya... pero me esperó en esa esquina, me soltó un hola y una sonrisa y ahora estoy igual que al principio... empezando de cero a mejorar, a tratar de olvidarla- derramó un poco de café al revolver. Se dio cuenta de algo, y abrió un sobre de azúcar y lo vertió dentro de la taza, luego revolvió un poco más.

-... no sé qué hacer ahora, estoy empezando de cero otra vez, y me irrita. Y quiero odiarla, y no puedo porque... agh, se veía tan hermosa, sonriendo cuando me dijo hola...- soltó la cucharita. Tomó un pequeño sorbo de café -...ugh... está horrible- Lentamente se puso de pie y depositó la mirada sobre el hombre mayor, que seguía sumido en la concentración.

-Disculpe que lo haya molestado, es sólo que tenía que decirlo... y al entrar usted me pareció el oyente que necesitaba- El señor notó que se había levantado, y lo miró, le dio una pequeña sonrisa que formó arrugas en su rostro y asintió levemente con la cabeza. El joven se dirigió hacia la puerta, y al abrirla de repente la lluvia fue el sonido que todos escucharon dentro del bar, pero se calmó en un instante y había una persona menos allí dentro, y una más afuera pisando baldozas flojas.

No hay comentarios: